Se habla mucho del internet de las cosas, también conocido por sus siglas IoT (Internet of Things, en inglés), pero ¿realmente sabemos lo que significa este concepto?
Cuando hablamos del internet de las cosas, ejemplos de dicho concepto son los sensores que muchos jardineros instalan en sus jardines con el objetivo de medir el nivel de humedad de la tierra y poder activar los aspersores cuando este descienda demasiado, o los hornos inteligentes que envían un mensaje al smartphone del cocinero cuando el plato está listo. ¿Qué tienen en común todas estas tecnologías? Que conectan las “cosas”, es decir, los instrumentos que estamos acostumbrados a usar en nuestro día a día, a internet y esto nos proporciona una serie de ventajas y beneficios.
Ahora bien, ¿cómo se puede aplicar el internet de las cosas al entorno empresarial? Vamos a ver algunos ejemplos.
Internet de las cosas: ejemplos de aplicación en la empresa
Una empresa innovadora no es solo aquella que desarrolla nuevos productos y servicios para el mercado, sino también aquella que utiliza los productos y servicios de nuevas tecnologías que les permiten ser más productivas y eficientes. Es decir, que las empresas que utilizan el internet de las cosas son ejemplos de empresas innovadoras en sus procesos.
De hecho, existe un término específico para el internet de las cosas empresarial: EIoT (Enterprise Internet of Things).
Para empezar, el internet de las cosas también puede aplicarse a la propia infraestructura de la empresa. Por poner un ejemplo sencillo, se puede controlar a través de un dispositivo conectado a internet la temperatura ambiente que deseamos en nuestro despacho y, gracias a un termostato que también estará conectado a internet, por lo que podrá conocer en cada momento la temperatura que hemos establecido, no tendremos que preocuparnos de encender la calefacción o de ventilar el despacho al llegar, ya que podremos hacerlo desde cualquier lugar.
Aunque quizá una de las aplicaciones más conocidas del internet de las cosas sea la relacionada con el seguimiento de envíos en tiempo real. Muchos usuarios que compran online obtienen por parte del distribuidor un código de seguimiento que les permite rastrear su pedido en todo momento y saber dónde se encuentra y cuándo se encuentra en reparto en su ciudad. Esto se consigue gracias a un dispositivo que acompaña al repartidor en todo momento y en el que él puede introducir manualmente información actualizada y gracias al sistema de seguimiento instalado en la web del distribuidor, donde el comprador se conecta para introducir el código que le han facilitado. De nuevo, vemos que se cumple el mismo patrón: dos aparatos o sistemas con conexión a internet y conectados a través de la misma aplicación.
Uno de los campos más rentables de uso del internet de las cosas en la empresa es el marketing. Existen dispositivos que recogen información masiva del público objetivo a través de la segmentación por comportamiento web, es decir, por cómo interactúan con todo lo que se pueda cargar a través de un navegador. Dichos dispositivos no solo recogen la información, sino que también son capaces de analizarla, aproximándose a la tecnología del big data.
Internet de las cosas: ejemplos de qué necesitamos para implantarlo en nuestra empresa
Existen unos requisitos mínimos para trasladar el internet de las cosas a nuestra empresa. Estos requisitos son:
- Una “cosa” que disponga de conexión a internet.
- Un dispositivo con conexión a internet, tal como ordenador, tablet o smartphone.
- Una aplicación que se instale tanto en la “cosa” como en el dispositivo, de forma que ambas puedan integrarse entre sí.
Existen empresas que se dedican exclusivamente al desarrollo de este tipo de aparatos y de software, por lo que necesitaremos contratar a alguna de ellas si queremos trasladar esta nueva tecnología a la nuestra.
En resumen: el internet de las cosas ha venido para quedarse y cada vez su implantación en el terreno empresarial es mayor. Las empresas que no deseen quedarse atrás y dejar de ser competitivas en el mercado deberán aplicarlo cada vez en más áreas, ya que hasta su aplicación en el nivel de infraestructura puede determinar que haya o no fugas de tiempo o distracciones debidas a factores ambientales que el internet de las cosas podría tener bajo control de forma automática.
Monica Brandson
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